Los costes de almacenamiento suponen un aspecto clave en la gestión eficiente de su almacén. Más allá de ser un gasto operativo, representan una oportunidad estratégica para optimizar recursos, mejorar la rentabilidad y garantizar un flujo logístico ágil.
Controlarlos adecuadamente no solo permite optimizar el uso del espacio y los recursos, sino también mejorar la rentabilidad global de la operación logística. Desde el coste del espacio físico hasta los gastos asociados a la manipulación, el inventario o la tecnología, cada elemento influye directamente en la eficiencia del almacén.
¿Qué son los costes de almacenamiento?
Los costes de almacenamiento son fundamentales para garantizar la correcta conservación de los productos y materiales de la empresa. Incluyen no solo los gastos necesarios para mantener el almacén en funcionamiento, sino también aquellos destinados a la seguridad, organización y gestión eficiente del inventario. Es decir, abarcan desde el mantenimiento de las instalaciones hasta la implementación de sistemas de control de stock, pasando por la capacitación del personal encargado de la logística. Todos estos aspectos son vitales para asegurar que las existencias se mantengan en óptimas condiciones y estén disponibles en el momento y lugar adecuados para satisfacer las demandas del mercado.
Tipos de costes de almacenamiento
Los gastos de almacenamiento se clasifican en diferentes categorías, distinguiéndose entre costes fijos y variables. Los costes variables, en particular, dependen de la cantidad y características de los productos almacenados.
A continuación, se describen los principales costes de almacenamiento y sus características:
Costos de infraestructura |
Costos de instalaciones |
Costos de gestión y manipulación |
Mantenimiento del stock |
Incluyen todo lo relacionado con la infraestructura del almacén, desde el alquiler o propiedad del lugar hasta la financiación necesaria, mantenimiento, impuestos, seguros, etc. |
Engloban gastos para maximizar la capacidad de almacenaje y optimizar las cargas, como carretillas elevadoras, dispositivos de asistencia al picking, embalaje automático, sistemas de almacenaje y software de gestión de almacén. |
Incluyen los costos necesarios para mantener activo el almacén y el flujo de materiales, como personal, equipos técnicos, suministros, embalajes, entre otros. |
Son esenciales para que las estrategias de gestión logística sean efectivas, incluyendo el costo del propio stock y los seguros, que dependen del tipo de mercancía almacenada. |
Impacto de estos costes en la realidad
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Impacto directo en la rentabilidad: Los costes de almacenamiento —como el alquiler del espacio, mantenimiento, seguros y gestión del inventario— representan una parte significativa del gasto logístico total. Una mala gestión puede reducir márgenes y afectar la competitividad.
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Costes ocultos y variables: Además de los costes fijos, existen costes variables como la rotación de stock, obsolescencia o exceso de inventario, que pueden generar pérdidas si no se controlan adecuadamente.
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Eficiencia operativa como ventaja competitiva: La implementación de tecnologías como sistemas de gestión de flotas (por ejemplo, I_Site) permite monitorizar el uso de equipos, reducir tiempos improductivos y optimizar recursos, lo que se traduce en una mejora directa de la rentabilidad.
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Optimización del espacio y recursos: Invertir en soluciones de almacenaje eficientes y en la formación del personal logístico ayuda a reducir costes operativos y mejorar la productividad del almacén.
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Decisiones estratégicas basadas en datos: Herramientas de análisis y control permiten tomar decisiones informadas sobre el uso del espacio, la rotación de productos y la planificación de la demanda, minimizando costes innecesarios.
Estrategias prácticas para reducir costes sin comprometer la operativa
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Aprovechar el espacio vertical: Instalar estanterías más altas, altillos o estructuras autoportantes permite maximizar el ratio m³/m² sin necesidad de ampliar superficie.
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Reducir la anchura de los pasillos: Adaptar los equipos de manutención para operar en pasillos más estrechos libera espacio útil y mejora la capacidad de almacenaje.
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Optimizar el inventario: Eliminar stock obsoleto, revisar métodos de ubicación y aplicar técnicas como el análisis ABC ayuda a reducir costes de almacenamiento innecesarios.
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Zonificación eficiente: Reorganizar el almacén para ubicar los productos según su rotación y características mejora los tiempos de acceso y reduce desplazamientos.
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Automatización inteligente: Incorporar soluciones como transelevadores, estanterías móviles o AGVs (vehículos guiados automatizados) incrementa la eficiencia operativa y reduce errores.
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Iluminación y energía eficientes: Sustituir sistemas tradicionales por iluminación LED y paneles solares reduce el consumo energético y los costes operativos.
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Aplicar principios Lean: Eliminar desperdicios, estandarizar procesos y mejorar el flujo de trabajo según el modelo Lean contribuye a una operación más rentable y sostenible.
Tecnología y automatización como aliados para la reducción de costes
La reducción de los costes logísticos no solo mejora el margen de beneficio, sino que también refuerza la competitividad y sostenibilidad de la empresa. En un entorno globalizado y exigente, contar con una cadena de suministro ágil y optimizada es un factor diferencial.
En este contexto, la elección adecuada de equipos como los apiladores eléctricos juega un papel fundamental. Factores como la intensidad de uso, el tipo de operario, las características del mástil, la superficie de trabajo y la solución energética influyen directamente en la eficiencia operativa y en el control de costes. Además, decidir entre comprar o alquilar debe basarse en un análisis realista de las necesidades logísticas y del retorno de la inversión esperado.
La tecnología y la automatización se consolidan como herramientas estratégicas para reducir costes sin comprometer la operativa. Soluciones como la electrificación eficiente, el uso de baterías de litio, la conectividad de flotas o la automatización de procesos permiten optimizar recursos, mejorar la productividad y tomar decisiones basadas en datos. Apostar por equipos modernos, adaptados a las necesidades reales del almacén, no solo mejora el rendimiento, sino que también garantiza una operación más sostenible y rentable a largo plazo.
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