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Ley de Pareto en logística: cómo aplicarla para optimizar su almacén

Escrito por Jaime Mira Galiana | 16-may-2025 6:00:00

La ley de Pareto, también conocida como la regla 80/20, es un principio que puede transformar la gestión de su almacén logístico, permitiendo identificar y priorizar las acciones que generan mayor impacto en la eficiencia operativa.

En otras palabras, un pequeño porcentaje de causas provocan importantísimos efectos, los cuales influyen en cuestiones básicas como la rentabilidad o la productividad en las empresas, o en otras esferas de la vida, como podría ser el rendimiento académico

Tanto en las empresas como en los estudios y la vida diaria es importante entender y aplicar este concepto, puesto que ayuda a identificar qué iniciativas es necesario priorizar para lograr el mayor impacto y, en consecuencia, aumentar las posibilidades de éxito en nuestros proyectos. 

Origen de la Ley de Pareto

El economista y filósofo italiano Vilfredo Federico Pareto enunció este principio por primera vez hace muchísimo tiempo, concretamente en 1896, basándose en el denominado conocimiento empírico

Por medio de la observación sistemática, este estudioso italiano constató que el 80 % de las tierras de su país eran propiedad de solo el 20 % de la población. O, en un contexto mucho más cercano y doméstico, el 20 % de las plantas de su jardín producían el 80 % de la fruta

Pareto llego a la conclusión de que esta relación explica, matemáticamente, como una distribución de la ley de potencia entre dos cantidades, provoca que modificando una entidad, se produzca un cambio relevante en otra.

Aplicación de la Ley de Pareto en Logística

La ley de Pareto es, como hemos visto, extraordinariamente general y universal, teniendo, por lo tanto, infinitas aplicaciones

En logística, la ley de Pareto puede aplicarse para optimizar procesos como la gestión del inventario o la estrategia de ubicación de la mercancía en el almacén.

Como ocurre con otros ámbitos de actividad, en los procesos logísticos la Ley de Pareto ha demostrado ser una herramienta útil para priorizar esfuerzos y recursos en áreas clave, las cuales ejercen un impacto mucho mayor en comparación con otras. 

Beneficios de la ley de Pareto en logística

  1. El principio de Pareto puede ayudar a las empresas a identificar y centrarse en los aspectos primordiales de sus operaciones logísticas.
  2. Priorización y asignación más eficiente de recursos: identificar qué productos, clientes o actividades son responsables del 80% de los resultados permite asignar recursos, tiempo y esfuerzo a esos factores concretos, los cuales tienen un impacto real y, por consiguiente, más rentable y productivo.
  3. Optimización del inventario: este es otro aspecto que está muy relacionado con la rentabilidad de la empresa ya que, con frecuencia, una pequeña parte de productos genera la mayoría de las ventas.  
  4. Mejora de la eficiencia de la cadena de suministro: la ley Pareto ayuda a analizar la gestión de la cadena de suministro o  Supply Chain Management (SCM). Esto posibilita detectar errores o áreas de mejora y, lo más importante, tomar medidas para lograr mejorar los resultados: optimización de rutas, reducción de tiempos de espera o la mejora de los procesos internos.
  5. Disminución de costes: un enfoque en los aspectos básicos permite poner en marcha una estrategia efectiva para reducir costes concretos sin que se resienta la calidad de servicio.
  6. Detectar los clientes o los productos más rentables: a partir de este información, se pueden poner en marcha servicios personalizados a los mejores clientes y/o potenciar los productos más valiosos para la empresa.

En conclusión, la regla del 80/20 aplicada a la logística puede conducir a una asignación más eficiente de recursos, una mejor toma de decisiones y una mayor optimización de la cadena de suministro.

Cómo implementar la ley de Pareto en la gestión de inventarios

 

El proceso de aplicación es sencillo y sistemático; a continuación, exploraremos los pasos necesarios para su implementación:

  1. Recolectar datos.
  2. Identificar los casos relevantes y elaborar una tabla de frecuencias.
  3. Clasificar y agrupar los casos en categorías.
  4. Crear el diagrama de Pareto y la línea de porcentaje acumulado.
  5. Determinar el punto del 80% para separar los casos en prioritarios y no prioritarios.

Ejemplos prácticos de la ley de Pareto en almacenes logísticos

La aplicación de la ley de Pareto en almacenes logísticos puede ser una estrategia transformadora que permite a las empresas maximizar la eficiencia y la rentabilidad de sus operaciones.

Un ejemplo claro de su aplicación es en la gestión del inventario, donde se puede observar que un pequeño porcentaje de productos representa la mayor parte del valor de las ventas. Al identificar estos productos clave, las empresas pueden priorizar su almacenamiento en ubicaciones de fácil acceso, reduciendo así el tiempo de desplazamiento y mejorando la eficiencia operativa.

Otro ejemplo práctico es la optimización de las rutas de picking. Al analizar los datos de pedidos, se puede determinar que un porcentaje reducido de rutas es responsable de la mayoría de las entregas. Al enfocar los esfuerzos en optimizar estas rutas prioritarias, se logra una reducción significativa en los tiempos de entrega y en los costos operativos.

Además, la ley de Pareto puede aplicarse en la gestión de clientes, identificando aquellos que generan el mayor volumen de negocio. Esto permite a las empresas personalizar sus servicios y ofertas para estos clientes clave, mejorando la satisfacción y fidelización del cliente.

El análisis ABC como complemento de la ley Pareto 

Aunque la proporción 80/20 de la Ley Pareto está ampliamente aceptada y comúnmente empleada, lo cierto es que no es una regla totalmente fija y los porcentajes pueden variarse de un actividad a otra, o según cada caso. 

Por otro lado, el análisis conocido como ABC nos sirve para complementar la ley de Pareto, sumando multitud de factores: clientes, servicios, ventas, pedidos, etc. 

Normalmente, hacer un análisis ABC nos permite centrarnos en una pocas cosas que afectan a otras muchas más: clientes, servicios, ventas, pedidos, etc.  

Por ejemplo, en el día a día de un almacén es fundamental conseguir que el tiempo de desplazamiento de operarios o equipos automáticos sea el mínimo posible. Dicho de otra manera, cuando más lejos haya que desplazarse para depositar o retirar un artículo, más tiempo se tarda y menos eficiente es cada movimiento. En este sentido, un análisis ABC nos podría permitir agrupar los artículos en 3 o más categorías, según el valor que aporten a la empresa, priorizando los más rentables.