La correcta organización de almacenes es fundamental para maximizar la eficiencia y el aprovechamiento del espacio en cualquier centro logístico.
El inicio de nuevos proyectos, especialmente en el ámbito logístico, suele estar acompañado de desafíos operativos que pueden no ser evidentes de inmediato. Los cuellos de botella en los procesos internos suelen manifestarse tras un periodo de adaptación. En las primeras fases de apertura de un nuevo almacén, el equipo se familiariza con el entorno y ejecuta sus tareas con máxima atención y rigor. Sin embargo, a medida que la dinámica diaria se estabiliza y los procedimientos se automatizan, es habitual que se reduzca la vigilancia sobre los procesos, lo que puede dar lugar a áreas de mejora. Ante este escenario, resulta fundamental plantearse cómo organizar de manera eficiente las estanterías del almacén.
La organización en un almacén no solo mejora la eficiencia operativa, sino que también es clave para garantizar la seguridad y el bienestar de los trabajadores. Una correcta disposición de las estanterías y una asignación lógica de ubicaciones reducen los desplazamientos innecesarios, agilizan la preparación de pedidos y minimizan los errores. Además, un entorno bien organizado permite aplicar medidas de seguridad más efectivas, como la separación de zonas de tránsito de carretillas y peatones, el uso de señalización visual y la implementación de evaluaciones de riesgos. Todo esto contribuye a un entorno de trabajo más seguro, productivo y sostenible.
Estanterías convencionales |
Son las más comunes y permiten acceso directo a cada pallet. Ideales para productos con alta rotación y variedad de referencias. |
Estanterías compactas (drive-in/drive-trhough) |
Aprovechan mejor el espacio, pero limitan el acceso directo. Son útiles para productos homogéneos y de baja rotación. |
Estanterías dinámicas (push-back o flow rack) |
Utilizan la gravedad para mover los pallets. Son perfectas para sistemas FIFO o LIFO, según el diseño. |
Estanterías móviles |
Se desplazan sobre raíles para maximizar el uso del espacio. Recomendadas para almacenes con espacio limitado y baja frecuencia de acceso. |
Estanterías automatizadas (lanzaderas o transelevadores) |
Integradas con SGA, permiten una gestión eficiente y segura del inventario, especialmente en grandes volúmenes. |
Un entorno de trabajo seguro en el almacén es esencial para proteger la integridad de los empleados y garantizar operaciones eficientes.
Para minimizar los riesgos, es fundamental implementar ajustes estructurales como la separación clara entre zonas de circulación de carretillas y peatones, el uso de señalización visual y el mantenimiento preventivo de los equipos. Además, la evaluación de riesgos es una herramienta clave que permite identificar peligros potenciales y establecer medidas preventivas. Cualesquiera que sean las medidas que se tomen, un almacén seguro deberá contar con las normas de seguridad correctas y, lo que es más importante, deberá asegurar el cumplimiento de esas reglas.
Una herramienta importante para optimizar los procesos y aumentar la seguridad es la evaluación de riesgos. Esta evaluación proporciona información sobre los riesgos que podrían surgir durante la jornada de trabajo. El documento también se puede utilizar como guía para limitar esos riesgos y aumentar la seguridad dentro del almacén.
Un Sistema de Gestión de Almacén (SGA) es esencial en todo proceso de mejora de eficiencia y atención a la seguridad. Desde el momento en el que el almacén está operativo, las mercancías empiezan a fluir por él. El valor del SGA adecuado reside en el correcto procesamiento de los flujos de datos e información referentes a estos movimientos de mercancías. El SGA deberá proporcionar información sobre las existencias actuales y las ubicaciones de las existencias de los diferentes tipos de bienes del almacén. Vinculado a un sistema ERP, las existencias pueden mantenerse actualizadas casi automáticamente.