Los costes de inventario representan el gasto asociado a almacenar, gestionar y mantener productos en stock. Entenderlos es clave para optimizar recursos y mejorar la rentabilidad. Una gestión eficiente puede marcar la diferencia entre una cadena de suministro ágil y una con pérdidas innecesarias.
Los costes de inventario incluyen todos los gastos asociados a la compra, almacenamiento y gestión de las existencias. Estos costes no se limitan únicamente al coste de adquisición, sino que también incluyen gastos muy diversos. Entre ellos: almacenamiento, manejo, obsolescencia y las posibles pérdidas derivadas de la falta de existencias o roturas de stock, así como las devoluciones o la logística inversa, incluyendo el coste de financiación de los inventarios durante todo su ciclo de vida.
Contar con una previsión precisa del inventario, tanto de su valor global como de su composición, es crucial para garantizar la satisfacción del cliente y optimizar la gestión de recursos. Para ello, la automatización juega un papel fundamental, facilitando procesos eficientes y una gestión más ágil. La política de costes de inventarios debe definirse en función del acuerdo de nivel de servicio (SLA) que la empresa desea ofrecer.
Los costes logísticos del inventario pueden clasificarse en cuatro categorías principales:
Son los gastos en la compra de productos y/o materias primas que posteriormente se almacenarán. Incluyen el coste del producto y posibles tarifas adicionales como transporte o aduanas.
Se refieren a todos los gastos relacionados con mantener los productos en las instalaciones de la empresa, como:
Se producen cuando la empresa no tiene suficiente inventario para atender la demanda, lo que puede generar:
Son los gastos asociados a la gestión de órdenes de compra, incluyendo:
Para calcular los costes de inventario en total, se suman los distintos gastos asociados a su adquisición, almacenamiento y gestión Para un cálculo preciso, es necesario identificar y contabilizar estos elementos:
En resumen, una gestión eficiente del inventario no solo reduce costes operativos, sino que mejora la rentabilidad y competitividad de la empresa. Aplicar estrategias de optimización y tecnología avanzada permite un control más preciso, minimizando pérdidas y garantizando un servicio más eficiente para los clientes.
Gracias a su enfoque basado en el Sistema de Producción Toyota (TPS) y la metodología Just-In-Time (JIT), Toyota ha revolucionado la gestión de inventarios con un método que consigue minimizar los costos y maximizar la eficiencia al producir solo lo necesario en el momento exacto en que se necesita.
En lugar de mantener grandes cantidades de inventario almacenadas, Toyota recibe los componentes justo a tiempo para ser ensamblados en las carretillas, vehículos o elementos de manutención, reduciendo desperdicios y optimizando recursos.
Además, Toyota aplica el principio de Jidoka, que permite detectar y corregir errores en tiempo real, evitando que productos defectuosos avancen en la línea de producción.