El uso de drones en logística se está consolidando como una de las innovaciones más prometedoras del sector de la logística. Su versatilidad, ya demostrada en ámbitos como la lucha contra incendios o la fotografía aérea, empieza a traducirse en aplicaciones muy útiles dentro del almacén: localizar productos difíciles de encontrar, inspeccionar zonas elevadas, acceder a espacios estrechos, o incluso facilitar el control de stocks.
En un contexto en el que los envíos exprés de 24 horas se han convertido en la norma, las compañías buscan soluciones que aporten rapidez y eficiencia. Y ahí es donde los drones despiertan grandes expectativas. Al poder transportar mercancías por aire, evitan los cuellos de botella en tierra y abren una nueva dimensión para las expediciones rápidas.
Más allá del almacén, también se vislumbra su potencial en la entrega directa a clientes. Esta modalidad aérea podría reducir costes, acortar plazos de entrega, aliviar el tráfico vial y, de paso, disminuir la huella ambiental. Resulta especialmente prometedora tanto en entornos urbanos densos como en zonas rurales de difícil acceso.
Sin duda, sí. Una de las funciones más esperadas de los drones en la logística es la realización automatizada del inventario. Los drones no vienen a reemplazar a los operarios, sino a trabajar junto a ellos, optimizando recursos y agilizando procesos. Estos dispositivos pueden moverse de forma autónoma siguiendo rutas prediseñadas dentro del almacén, gracias a su sistema de posicionamiento y sensores avanzados.
Equipados con cámaras y lectores (códigos de barras o RFID), los drones en logística son capaces de identificar productos sin contacto directo, incluso desde varios metros de distancia y con múltiples niveles de profundidad. La tecnología RFID, en particular, permite lecturas más eficientes y rápidas.
Para sacar el máximo partido, es clave la integración del dron con el sistema de gestión de almacenes (SGA), permitiendo un control de stock más preciso y actualizado casi en tiempo real.
No todo es perfecto. Existen todavía barreras técnicas y operativas: el riesgo de accidentes, la sensibilidad a condiciones meteorológicas, la imposibilidad de interactuar físicamente con el entorno (como llamar al timbre de una casa), o la necesidad de regular el tráfico aéreo para evitar accidentes.
Aun así, en sectores donde la urgencia es crítica, como en sanidad, con el transporte de órganos o medicamentos, los drones han demostrado ser aliados de enorme valor.
Toyota ya está aplicando los principios del TPS, como Just-in-Time, Jidoka y Kaizen, en el uso de drones, con el fin de mejorar la eficiencia operativa en logística y producción:
Just-in-Time | Jidoka | Kaizen |
Uso de drones para entregas rápidas y precisas, reduciendo inventarios innecesarios |
Drones con sensores y sistemas inteligentes que detectan errores o anomalías en tiempo real (automatización con toque humano) |
Impulsa la mejora continua en el diseño, navegación y eficiencia energética de los drones. |
Los drones no solo pueden beneficiarse del TPS como marco de producción, sino que también pueden ser herramientas para implementarlo en almacenes y centros logísticos, al facilitar inventarios más precisos, entregas más ágiles y procesos más visuales y controlados.