Las etiquetas RFID son una forma sencilla y práctica de identificar un artículo para que pueda ser detectado de forma inalámbrica y, de esta forma, protegerlo de pérdidas y robos, garantizando su control y seguimiento. El gran valor de esta tecnología es que ha permitido, por primera vez, tener visibilidad y trazabilidad sobre una única unidad de venta.
Aunque todas la etiquetas RFID tienen unas características comunes: llevan incorporado un chip al que se la añade la información que se considere necesaria en cada caso y se imprimen y graban en unas impresoras específicas, lo cierto es que en el mercado existen diferente tipos, con unas diferencias bastante notables.
Al entender las diferencias entre los distintos tipos de etiquetas RFID, es preciso seleccionarlas según sus necesidades específicas. Cada tipo de etiqueta ofrece características únicas que se adaptan a diferentes situaciones, por lo que es crucial analizar detenidamente cuál se ajusta mejor a tus objetivos particulares. Esta comprensión le permitirá aprovechar al máximo el potencial de esta tecnología innovadora y sus beneficios en sus operaciones logísticas.
Las etiquetas RFID son herramientas fundamentales para mejorar la eficiencia en las operaciones logísticas, y se destacan por su amplio espectro de aplicaciones, siendo útiles en la optimización de estas:
Una de los utilidades más importantes de las etiqueta RFID es su capacidad para controlar exhaustivamente cada artículo u objeto de un modo individual, evitando robos, pérdidas o extravíos, tanto dentro de los propios almacenes, como durante su traslado y transporte.
Las etiquetas RFID, también facilitan la gestión del inventario, reduciendo el tiempo de las operaciones de preparación de productos y atención al cliente, además de eliminar o minimizar los errores en el control del stock, evitando el desabastecimiento. Todo esto es posible por la información de los chips, la cual puede contener indicadores importantes que pueden enviarse, de forma inalámbrica, al SGA (Software de Gestión de Almacén) o a otros programas centrales de la empresas.
Otra de las aplicaciones más interesantes de las etiquetas RFID es que, a diferencia de los tradicionales códigos de barras, el chip que lleva incorporado permite recoger y gestionar información muy diversa. Esto posibilita, entre otras muchas cosas, medir y controlar la temperatura de los productos e, incluso, que se envíe una alerta en caso de detectar intervalos fuera del rango normal. De esta manera, es posible garantizar el buen estado de, por ejemplo, los alimentos perecederos.
Las etiquetas RFID proporcionan una serie de ventajas y beneficios que redundan en una mayor optimización y eficiencia, lo que en conjunto se traduce en un aumento de la calidad global de los diferentes procesos logísticos:
Como hemos visto, los chips incorporados en las tarjeta RFID permiten un mayor control en tiempo real y automático de todo el proceso. Incluyendo las condiciones de temperatura, humedad y otros datos que se pueden obtener con sensores.
El uso adecuado de las etiquetas RIFD permiten reducir la carga de trabajo de los empleados de los almacenes, evitar errores de inventario y agilizar y automatizar todos los procesos. El resultado es un uso de los recursos profesionales, tecnológicos y de maquinaria mucho más eficaz, rentable y productivo.
Esta tecnología permite recoger y emitir todo tipo de datos de cada unidad de producto por separado. Gracias a las etiquetas RFID, las posibilidades de personalización de los productos son realmente extraordinarias: trato diferente de cada artículo en el almacén según en función de su fragilidad, sensibilidad a la luz o a la temperatura y un sinfín de características. También se pueden clasificar los artículos por el ítem que queramos: fecha de caducidad, precio, condiciones especiales, etc.
Otra gran ventaja es que es posible incorporar funciones de localización GPS al chip de cada etiqueta, lo que abre un amplio abanico de posibilidades de control, rastreo, visibilidad, trazabilidad y hasta asegurarnos de la autenticidad del artículo.
La tecnología y maquinaría desarrolladas por Toyota Material Handling permite extraerles el máximo partido a los beneficios de la etiquetas RFID, puesto que nuestras carretillas elevadoras, así como el resto de elementos de manutención, están preparados para la lectura, control y comunicación bidireccional de todo tipo de datos e información desde la propia máquina.