La valoración de existencias es un concepto del ámbito de la logística que engloba una serie de acciones encaminadas a la asignación del valor más correcto al inventario o stock de una empresa.
La normativa exige utilizar como referencia el valor más bajo entre el valor de mercado y el valor de coste. Este último, se puede calcular por el método FIFO y por el Coste Medio Ponderado (ambos aceptados fiscalmente en España). No obstante, en épocas con alta inflación suelen utilizarse el LIFO o el NIFO, con el fin de adoptar un método más conservador. Repasamos a continuación en qué consiste la valoración de existencias y qué métodos existen.
Cuando una empresa realiza la valoración de existencias, básicamente lo que está haciendo es contabilizar el stock o inventario del que dispone, tratando de asignar el valor correcto para estas mercancías.
Es importante aclarar que existen dos grandes tipos de existencias, según el tipo de empresa de que se trate. Si se trata de una organización de tipo comercial, las existencias son el conjunto de bienes destinados a la venta, mientras que en las compañías de tipo industrial, nos estaríamos refiriendo a todos los objetos, maquinaria, materias primas o materiales que se van a emplear durante el proceso productivo.
Por lo general, las empresas realizan una valoración del stock al cerrar un ejercicio económico, con varios objetivos: determinar su variación respecto al inicio, otorgar a cada elemento del inventario un valor contable y establecer si se han producido beneficios o pérdidas.
Estos son los principales sistemas para realizar una valoración de existencias o inventarios, utilizadas actualmente por la mayor parte de empresas u organizaciones en la gestión del almacén.
Aunque no es el único sistema aceptado, es el método recomendado por el Plan General Contable. Se suele emplear cuando, en un almacén, se producen entradas del mismo producto en lotes diferentes y con precios distintos.
Con este método, cada una de las entradas se anotan a su precio de coste o fabricación, mientras que para las salidas se calcula una media ponderada de todos los precios de adquisición en conjunto.
La técnica del Precio Medio Ponderado se utiliza, sobre todo, para productos o artículos con las siguientes características: su coste aumenta año tras año y que no tienen preferencia de venta.
El método FIFO está también aceptado en España y se basa en el siguiente supuesto: se considera que los productos que se compraron primero son los que tienen preferencia de venta. Dicho de otro modo, el producto que entre antes en el almacén será el primero en salir. Este procedimiento es idóneo para los productos perecederos, con el fin de evitar su deterioro o imposibilidad de consumo por las fechas de caducidad.
Este sistema tiene también en cuenta los daños o pérdidas de valor que pueden sufrir las existencias mientras se encuentran almacenadas. Por lo tanto, son contabilizadas con el objeto de poder ajustar correctamente la contabilidad de la empresa.
Se trata de método contrario, es decir: se considera que el primer producto en abandonar las existencias es el último que se ha comprado. No es un método demasiado lógico y su única ventaja teórica es poder minorar los resultados en caso de subidas de precio, y de esta forma pagar menos impuestos.
De todas formas, este método no está aceptado en España, al no estar permitido en el Plan General Contable.
Existen otras dos formas de valorar el inventario que, pese a no tan generalizados, sí son utilizados por algunas empresas:
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