Una de las actividades más importantes dentro del amplio ámbito de la logística es la valoración de existencias. Es decir, las acciones que van encaminadas a asignar el valor más correcto al inventario o stock de una empresa. Los métodos aceptados en España son el Coste Medio Ponderado (sistema recomendado) y el FIFO (First In, First Out). Pero en épocas de alta inflación (como las actuales) también se suele utilizar el NIFO (Next In, First Out).
Métodos aceptados por el Plan General Contable
Concretamente, lo que dice al respecto el Plan General Contable, en el punto 1.3 de su artículo 10, es lo siguiente:
“Cuando se trate de asignar valor a bienes concretos que forman parte de un inventario de bienes intercambiables entre sí, se adoptará con carácter general el método del Precio Medio o Coste Medio Ponderado. El método FIFO es aceptable y puede adoptarse si la empresa lo considerase más conveniente para su gestión. Se utilizará un único método de asignación de valor para todas las existencias que tengan una naturaleza y uso similares.
Cuando se trate de bienes no intercambiables entre sí o bienes producidos y segregados para un proyecto específico, el valor se asignará identificando el precio o los costes específicamente imputables a cada bien individualmente considerado”.
Coste Medio Ponderado, FIFO, LIFO y NIFO
Al realizar la valoración de existencias, lo que está haciendo la empresa es contabilizar el stock o inventario del que dispone, tratando de asignar el valor correcto para esas mercancías.
Ya se ha comentado que existen varios métodos, pero el que interesa en este artículo (aunque se repasarán someramente el resto) es el NIFO. Se basa en valorar las unidades que salen con el coste de reposición, o lo que es lo mismo, con lo que cueste la próxima unidad que haya que comprar.
Lo que se consigue al aplicar el método NIFO de valoración de existencias es aumentar el coste de las mercancías, mientras se disminuye el beneficio. De ahí que sea un sistema utilizado, sobre todo, en épocas de mercados muy volátiles con precios continuamente cambiantes y con notable inflación.
Al no estar aceptado, las empresas suelen ponerlo en práctica, de manera interna, en esos periodos convulsos; pero basan su información oficial de resultados en sistemas admitidos como el Coste Medio Ponderado o el método FIFO.
Muy brevemente:
- Coste Medio Ponderado: las entradas se anotan a su precio de coste o fabricación, mientras que para las salidas se aplica una media ponderada de todos los precios de adquisición en conjunto.
- Método FIFO (First In, First Out): la unidad que antes entra en el almacén es la primera en salir. Se utiliza habitualmente con productos perecederos, con fecha de caducidad, lotes de caducidad, consumo preferente...
- Método LIFO (Last In, First Out): este tampoco está aceptado y se basa (al contrario que el anterior) en que el último producto que ha entrado es el primero en salir.
Aplicación NIFO en logística
Existen dos grandes tipos de existencias, según el tipo de empresa de que se trate.
- Si es una organización comercial, las existencias son el conjunto de bienes destinados a la venta.
- En las compañías de tipología industrial, serían los objetos, maquinaria, materias primas o materiales que se van a emplear durante el proceso productivo.
La valoración de existencias (o valoración del stock) se suele realizar al finalizar el ejercicio económico, con dos objetivos principales:
- Conocer su variación respecto al inicio.
- Otorgar a cada elemento un valor contable, para saber si ha habido pérdidas o beneficios.
Dentro de la valoración de inventarios, hay una parte muy importante consistente en averiguar el valor real de la mercancía que hay en los almacenes. Para ello, es necesario tener en cuenta dos aspectos que afectan sobremanera al coste logístico:
- Los seguros que hay que hacer en función del capital que se tenga en stock.
- La financiación de ese stock: se venda o no, la realidad es que, de momento, está en el almacén, y por tanto genera un coste logístico diario por sí mismo.
Movimiento de mercancías según el método NIFO
La mejor manera de comprender qué es el método NIFO es con un ejemplo:
Una empresa vende un producto (que en su día le costó 50 euros) por 85 euros. La ganancia sería de 35 euros (85-50).
Sin embargo, el coste de reposición, o sea, el precio de la próxima unidad que haya que comprar, es de 65 euros. Con el método NIFO, esa sería la cifra considerada para saber si ha habido beneficios: en este caso, la ganancia sería de 20 euros (85-65).
En todo este proceso, obviamente, la maquinaria del almacén juega un papel importante. Además, hay que aclarar que, en las compañías de tipo industrial, estas máquinas también son una unidad contable, que ha de amortizarse.
En Toyota existe un amplísimo abanico de carretillas elevadoras: desde transpaletas manuales hasta tractores de arrastre, pasando por las carretillas retráctiles o las contrapesadas eléctricas.
Son muchas las ventajas de usar carretillas elevadoras en el almacén. Las principales son:
- Aprovechamiento del espacio: con unas estanterías adecuadas y máquinas de almacén capaces de operar en espacios pequeños, el aprovechamiento es mucho mayor.
- Reducción de esfuerzos: si son las máquinas de almacén las que ejecutan algunos de los procesos más complejos, consecuentemente se reducen los esfuerzos humanos.
- Mayor seguridad: las carretillas elevadoras realizarán las funciones que conllevan más riesgo y que antes llevaban a cabo las personas. Por añadidura, estas máquinas de almacén tienen la capacidad de trabajar en entornos extremos.
En general, las carretillas son máquinas que mejoran el proceso de almacenaje, puesto que son un tipo de maquinaria logística que acelera y facilita el proceso.